En Julio de 2016, unas 750 mil personas marcharon en todo Chile contra las AFP, aburridas de los abusos de un sistema cuyas groseras utilidades suben año tras año a costa de la entrega de jubilaciones de miseria a millones de chilenos y chilenas. En marzo del 2017, otra marcha de similares características reunió cerca de 800 mil personas en Santiago y unos 2 millones a nivel nacional para reiterar las protestas y la masiva demanda social por terminar con el modelo de capitalización individual de las AFP, impuesto en dictadura, y reemplazarlo por un verdadero sistema previsional de reparto y solidario. Esta ha sido, junto con la demanda por Salud, una de las más potentes y permanentes de la ciudadanía como ambos derechos fundamentales basados en los principios de la Seguridad Social y que se vieron refrendadas un par de años más tarde, cuando el 25 de octubre de 2019 la llamada “marcha más grande de la historia” congregó de manera pacífica y transversal cerca de 1.200.000 personas sólo en la capital del país y cerca de 3 millones en todo Chile, en demanda de Pensiones, Salud, Educación y Vivienda, entre otros derechos sociales relacionados con una seguridad social que ha sido sistemáticamente vulnerada por el sistema durante mucho tiempo.
Siete años han transcurridos desde aquel día de 2016, pero a pesar de la claridad de la protesta y la demanda social, masiva, categórica, nada ha cambiado, a pesar de haberse develado el negocio de las AFP y el drama de las bajas pensiones. Se han instalado comisiones y generado propuestas, comenzó el aumento del Pilar Solidario para subvencionar al sistema privado, hoy llamada Pensión General Garantizada (PGU), la que en muchos casos duplica las pensiones entregadas por las AFP, pero no hay cambios de fondo, a pesar de que casi el 80% de las pensiones de vejez pagadas actualmente por el sistema privado de pensiones son menores al salario mínimo. Otra demostración más que el sistema de cuentas individuales administrado por las AFP ha fracasado al no lograr cumplir con el objetivo fundamental para cualquier sistema de pensiones en el mundo, cual es pagar pensiones suficientes.
Como CONFEDEPRUS, hemos luchado por un país más justo y con derechos a través de la recuperación de la seguridad social de manera integral, abarcando principalmente Salud, así como también Educación, Vivienda y Pensiones, por lo que el poder terminar con las AFP para conquistar un sistema previsional público representa un impulso determinante en la recuperación de todos los derechos que comprende la Seguridad Social, además de ser uno de los determinantes sociales relevantes para la Salud a partir de lo que es un buen vivir, tener un trabajo decente y una pensión digna. Por ello, y ante los constantes abusos del actual sistema, hacemos el llamado a legislar ahora los cambios para terminar con el negocio de las AFP y entregar mejores pensiones a los actuales y futuros pensionados, con un sistema previsional y de seguridad social que ponga en el centro el derecho a vivir con dignidad. Hemos estado siempre comprometidos y comprometidas en poder terminar con las AFP, que por tantos años han precarizado a los trabajadores y las trabajadoras de Chile, por lo que también hemos exigido celeridad en la tramitación del proyecto de ley de reforma de pensiones que permita avanzar con urgencia en una real reforma de pensiones y terminar con este negocio.
La calle ha sido desde siempre el espacio histórico de lucha sindical, social y ciudadana en el cual, y gracias al despliegue de marchas y manifestaciones, hemos podido avanzar en derechos, no sin costos altos producto muchas veces de represión, heridos y muertos, como los que conmemoramos este 2023 a 50 años del golpe de estado que implantó violentamente una dictadura cívico militar de derecha en nuestro país. Luchas que han sido duras, lentas, muchas veces desesperanzadoras quizás, pero que finalmente han sido una herramienta indispensable de movilización social para expresar el malestar de los habitantes del territorio y alcanzar algunos logros con esfuerzo, debiendo redoblar esfuerzos muchas veces para que, junto con seguir avanzando, no retroceder en lo logrado.
Creemos que es momento de salir a la calle nuevamente para poner fin a las AFP. Todos y todas. Las mujeres, perjudicadas de diversas formas, castigadas por las lagunas previsionales que genera la maternidad. Los hombres, que a pesar de recibir pensiones algo mayores que las de las mujeres, en la mayoría de los casos son igualmente miserables y no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas ni mantener la calidad de vida de cuando estaban activos. Los y las jóvenes, por su futuro, para no recibir pensiones miserables, tomando en cuenta que el 84% de las trabajadoras y los trabajadores tienen menos de $20 millones en sus cuentas individuales, monto que les dará pensiones inferiores a los $100 mil pesos mensuales a los hombres y bajo los $80 mil para las mujeres.
No podemos seguir aceptando que el negocio de las AFP siga precarizando día a día nuestras vidas y nuestra vejez. Los grandes grupos empresariales siguen enriqueciéndose a costa del pueblo, las trabajadoras y los trabajadores siguen empobreciéndose y recibiendo pensiones de miseria, por ello necesitamos un verdadero sistema de seguridad social que dignifique las pensiones de millones de chilenas y chilenos. Por ello, como CONFEDEPRUS, hacemos el llamado conjunto tanto a las trabajadoras y los trabajadores de la Salud Pública como a la ciudadanía, para unirse y ser parte de la marcha del día domingo 23 de julio por No más AFP, en demanda de poder avanzar hacia una reforma previsional que realmente dé garantías de poner fin a esta industria, dando de esta manera más garantías de seguridad social para el buen vivir de todos y todas.
