EDITORIAL: Por un verdadero sistema de seguridad social
A principios de junio, un grupo de parlamentarios presentó una reforma constitucional para que los afiliados y las afiliadas a las AFP pudieran elegir entre mantenerse en dicho sistema o cambiarse al sistema que rige para las Fuerzas Armadas y Carabineros, como una forma para desbloquear el debate sobre la reforma de pensiones estancada actualmente en el Senado, iniciándose dentro de este marco una campaña de recolección de firmas para que la ciudadanía pueda manifestarse y ejercer una verdadera libertad de elegir, la que ya lleva más de 3 mil firmas. La iniciativa responde a la necesidad y deseo de millones de chilenos y chilenas de poder tener un sistema distinto al actual, que cada año incrementa las ganancias de las administradoras privadas en desmedro de las pensiones promedio que entrega a los jubilados y jubiladas de Chile, reflejando con ello la lógica de un modelo de acumulación por desposesión que precariza y empobrece la vida del 98,7 % de la población afiliada a las AFPs, las que entregan en promedio 160 mil pesos, muy lejos de lo que aseguraba el padre del modelo, José Piñera, quien aseguraba que las jubilaciones serían equivalentes al 70% de los sueldos.
Sin embargo, la realidad golpea el bolsillo y la paciencia de los chilenos y las chilenas, que en julio de 2016 y marzo del 2017 marcharon de manera masiva en todo Chile contra las AFP, aburridas de los abusos de un sistema cuyas groseras utilidades suben año tras año a costa de la entrega de jubilaciones de miseria a millones de personas. Movilizaciones que, junto con la demanda por Salud, han sido una de las más potentes y permanentes de la ciudadanía por derechos fundamentales basados en los principios de la Seguridad Social y que se vieron refrendadas el 25 de octubre de 2019 en la llamada “marcha más grande de la historia”, que congregó de manera pacífica y transversal a cerca de 1.200.000 personas sólo en la capital del país y cerca de 3 millones en todo Chile, en demanda de Pensiones, Salud, Educación y Vivienda, entre otros derechos sociales relacionados con una seguridad social que ha sido sistemáticamente vulnerada por el sistema durante mucho tiempo.
Una de las falacias del actual sistema de pensiones, -que en realidad es más bien un sistema de ahorro forzoso para inyectar dineros frescos de los trabajadores y las trabajadoras al mercado financiero, generando millonarias ganancias para las administradoras y negocios asociados- asegura que las platas administradas por las AFP pertenecen a los y las cotizantes, sin embargo lo cual no es posible recuperarlas hasta la jubilación, (exceptuando los seis retiros en contexto de pandemia), momento en el cual tampoco es posible su retiro completo, sino en cuotas mensuales, las que según información de Fundación Sol son inferiores a los $ 343 mil pesos para el 50 % de los jubilados y las jubiladas, lo que equivale al 75% del sueldo mínimo. Ahorros de los trabajadores y las trabajadoras que, a pesar de ser sus dueños, permanecen secuestrados por las administradoras para seguir generando utilidades y así rentabilizar el negocio privado a costa de la precarización de la salud y la vida de millones de chilenos y chilenas. ¿Es esto tolerable?
Otro argumento falaz de esta verdadera “propaganda publicitaria” que han desplegado las AFP a través de los años tiene que ver con la supuesta “libertad de elección” que tendríamos los trabajadores y trabajadoras, libertad que se limita a poder elegir entre una u otra administradora, pero dentro del mismo sistema, sin poder optar a otro de reparto ya que según se ha dicho varias veces éste “no funciona”; sin embargo, esto no parece ser así al observar el modelo que rige para las FF.AA., dejando en evidencia que el sistema que claramente no ha funcionado ha sido, precisamente, el de las AFP, que no está pensado en términos de Seguridad Social para entregar pensiones decentes a los trabajadores y las trabajadoras del país, sino para la acumulación de capital para el negocio privado en perjuicio directo de quienes obligatoriamente deben cotizar en él al no tener otra alternativa, negada sistemáticamente por falta de voluntad política de parte de sectores que no quieren que algo cambie, a pesar de ser una de las principales demandas y necesidades de la población.
Por ello, como CONFEDEPRUS hemos señalado reiteradamente que no podemos seguir aceptando que el negocio de las AFP siga precarizando día a día nuestras vidas y nuestra vejez. Los grandes grupos empresariales siguen enriqueciéndose a costa del pueblo, las trabajadoras y los trabajadores siguen empobreciéndose y recibiendo pensiones de miseria, por ello necesitamos un verdadero sistema de seguridad social que dignifique las pensiones de millones de chilenas y chilenos y permita un buen vivir para todos y todas.